jueves, 5 de mayo de 2022

El fanal giratorio de San Juan de Ulúa

 


Luis Villanueva

    Desde que eran conocidas las playas de Chalchicueyecan fronteras al islote de San Juan de Ulúa como "Las ventas de Buitrón” y hasta inicios de siglo XX, cuando son inauguradas las obras del puerto artificial, Veracruz fue considerado uno de los sitios más peligrosos para atracar. Esto debido a que la bahía se encontraba rodeada de cinco filosos sistemas arrecifales, visibles sólo de día y durante la bajamar, que tenían la capacidad de rasgar el casco de cualquier barco como si de una nuez se tratara. Esta situación se hacía aún más compleja si el arribo se daba de noche o durante una mañana con neblina, por lo que, a mediados del año 1798, el recién fundado Consulado de Veracruz[1] tuvo como uno de sus objetivos la construcción de un fanal giratorio para orientar la entrada y salida de los barcos. Para lo anterior, el consulado ordenó que se demoliera una antigua torre conocida como “Torre Vieja” que estaba situada sobre el extremo S.O. del baluarte de San Pedro, en la fortaleza de Ulúa y en su lugar se iniciara, el 16 de abril de 1803, la construcción de la torre para el futuro fanal con las siguientes características:

“[…] se construyó una torre de tres niveles que funcionó como faro portuario, fabricado en mampostería de coral y ladrillo: el primero de los tres niveles fue almacén del combustible necesario para la habitación, que constaba de dos bóvedas: la central que comunicaba con la garita de vigilancia de San Pedro y la que daba acceso a la escalera de caracol que llevaba al primer nivel del faro; este nivel contaba con barandal perimetral de mampostería y dos escalinatas colaterales para el acceso exterior. Funcionaba como habitación del que encendía las lámparas diariamente; la habitación era una planta circular de 12 m de diámetro, el entrepiso del segundo nivel formado por una bóveda oval comunicada por una escalera que conducía al espacio donde se instaló la maquinaria […]” (Maawad, D. p. 96-97).

    En lo que respecta al fanal, fue construido en Londres en base a los planos del astrónomo y matemático español José de Mendoza y Ríos (1761-816). Funcionaba a base de 21 mechas de algodón que consumían en conjunto una arroba (alrededor de 15 kg) de aceite desde el toque de la oración vespertina hasta la aurora (Faro de Ulúa, 1851). Fue traído a Veracruz el 2 de octubre de 1802 desde el puerto de Cádiz por la fragata mercante Nuestra Señora del Cantonad (Veracruz, 1802), demorando su instalación en la torre más de un año. Este faro lanzó su primer haz de luz sobre el Golfo de México el 30 de mayo de 1804 (Lerdo, 1853). El naturalista y explorador alemán, Alexander von Humboldt, a su paso por Veracruz hizo una breve descripción del fanal:

“Este fanal consiste en una torre muy elevada colocada al extremo del castillo de San Juan de Ulúa, que con la linterna ha costado cerca de cien mil duros[2]; las lámparas con corriente de aire y reverberos, están fijadas en un triángulo que da vueltas por medio de una máquina de relox, de manera que las luces desaparecen cada vez que la máquina presenta uno de sus ángulos agudos a la entrada del puerto”.

(Humboldt, 1822, p. 90-91)

Torre del fanal giratorio de 1er orden colocado 
en el Castillo de S[a]n Juan de Ulúa. Fuente: AGI, MP-México,559
.

    El movimiento del árbol central de la maquinaria empleaba tres minutos en dar una vuelta entera, siendo siete los reverberos de cobre bien acerados y bruñidos que había en cada uno de los tres planos que componían el prisma triangular equilátero al momento de presentar su frente, empleando un minuto entre una luz completa y la sucesiva al momento de girar. En el foco de cada reverbero se colocaba una mecha de algodón con su guardabrisa de cristal para evitar se ahumara el reverbero. El rango de visibilidad del haz de luz, dependiendo del clima, era entre 21 y 38 km (cinco a nueve leguas), contadas desde San Juan de Ulúa, y la altura de la parte superior de la linterna sobre el nivel promedio del mar era de 27 m (28 varas). También sobre el faro existió una veleta que indicaba la dirección del viento. Miguel Lerdo de Tejada complementa la anterior información con una breve descripción de la torre:

“Alrededor del faro hay un balcón con su barandal de fierro, con el objeto de que se puedan desde allí limpiar los cristales. En el interior de la torre hay varios cuartos pequeños, destinados a guardar el aceite y demás útiles del faro, y a la habitación de los encargados de cuidarlo”. (Lerdo, 1850, p.174)

    El mantenimiento del fanal giratorio fue calculado en cerca de los 3 000 pesos anuales ($1 245 123.57 pesos); recursos que fueron obtenidos con el cobro de un gravamen a partir del 1 de enero de 1805 de un real (la octava parte de la piastra, $51.88 pesos actuales), por tonelada sobre los buques mercantes procedentes de Europa, 3/4 de real ($38.91 pesos), por tonelada sobre los de América y 1/2 real ($207.52 pesos) por tonelada sobre los de costas laterales, empezándose a cobrar el gravamen a partir del 19 de enero de 1806 (Lerdo, 1853).

    El fanal se mantuvo encendiendo diariamente hasta que estalló la guerra de España contra Inglaterra (1804 a 1809); entonces solo se iluminaba cuando había un barco español a la vista (Correo Mercantil, 1806, p. 383). Durante la ocupación de San Juan de Ulúa por las fuerzas españolas (1821-1825), el faro resultó averiado, pero una vez recuperada la fortaleza por la República y reparado el fanal, el Ministro de Hacienda José Ignacio Esteva hizo llegar una circular (28 de enero de 1827) a los ministros de las potencias extranjeras residentes en la república, en donde explicaba el funcionamiento del mecanismo del faro junto con algunos detalles de la torre y del alcance visual de su luz:

"No ha descansado el Supremo Gobierno hasta haber armado en virtud de sus disposiciones el faro giratorio del Puerto de Veracruz; y deseando recordar a los navegantes el mecanismo de este fanal, obstruido desde que el resto del ejército español se replegó al fuerte de Ulúa, para que no estravíen sus enfilaciones o recaladas cuando tengan que servirse de esta luz, me manda decir a V. S. por si tiene a bien circularlo al comercio de la nación que representa, que el movimiento del árbol central de esta máquina, emplea tres minutos en dar una vuelta entera, que durante esta órbita debe descubrir a llena luz el navegante tres veces toda la iluminación de siete reverberos que contiene cada uno de los tres planos que componen un prisma triangular equilátero al momento de presentarse de frente; y el intervalo de una completa luz a la sucesiva, es de un minuto. La torracha en que está colocado, se eleva tres varas sobre el ángulo del norte de la cortina principal del castillo de San Juan de Ulúa. Por observaciones muy exactas se sabe que la luz del fanal expresado pasa por los límites de los bajos más salientes, y es vista antes de llegar al más distante de ellos, desde la elevación que pueden permitir los buques de menos porte; y por consecuencia de todo, ninguno que venga en busca del puerto, y que por error corra de noche el paralelo de los bajos más salientes, puede perderse sobre ellos, si tiene la vigilancia debida para observar y atender a la luz de la linterna, aún estando hasta ciertos límites cubiertos por el horizonte los cuerpos luminosos. La luz de esta linterna puede verse desde una goleta, salvada la anegada de afuera; es decir, cinco leguas[3] distante de San Juan de Ulúa: desde la encapillada de Juanete de un navío de guerra, debe verse a más de ocho y tres cuartos de leguas de distancia; de una fragata de guerra, a ocho leguas, y de una de comercio, a la de siete”. (Lerdo, 1850, p.175-176)

    Al momento de dejar su cargo (1827) Esteva externa en un texto dirigido a su sucesor don Tomás Salgado, su inquietud para poder obtener los recursos necesarios para seguir con el mantenimiento del fanal:

“El faro giratorio del puerto de Veracruz queda armado, y para que el movimiento de sus revervoros sea conocido de los navegantes y aleje de ellos toda equivocación que pudiera estraviar sus enfilaciones cuando tengan que servirse de esta luz, he circulado a los cónsules estrangeros una esplicacion del mecanismo de su árbol central. V. E. Meditará si es justo consultar á las cámaras para la conservacion de este útil establecimiento, un derecho que todas las naciones reconocen, ó debe acudirse a sus gastos del producto de avería que formó el fondo dotal del estinguido consulado de aquel puerto, á cuyo cuidado se puso el espresado fanal”. (Esteva, 1827, p.86)

    El 24 de abril de 1838, durante la llamada “Guerra de los Pasteles”, el fanal volvió a ser apagado como medida defensiva contra la escuadra francesa surta en las islas de Sacrificios y Verde; manteniéndose inactiva durante todo el conflicto (Apagan el fanal giratorio, 1838).

A partir del 19 de noviembre de 1872, el fanal giratorio de San Juan de Ulúa combinó su luz con el del nuevo faro “Benito Juárez”, construido en el campanario del antiguo convento de San Francisco; y así se mantuvo hasta el 2 de abril de 1894, en que finalmente dejó de prestar servicio debido a que en esa misma fecha fueron inaugurados los faros de la isla de Sacrificios y la luz sobre la puerta del Muelle Fiscal (A los marinos, 1894).

Desde su inauguración, este histórico cíclope vio pasar bajo su torre muchos de los episodios históricos que han ocurrido en el puerto de Veracruz, los cuales abarcaron desde sitios y bombardeos a la ciudad, hasta la toma de su basamento, la fortaleza de San Juan de Ulúa, por variopintas fuerzas. Sobre ella también ondearon diferentes pabellones, según la fuerza extranjera ocupante. Hoy por hoy sólo queda como recuerdo de este primer faro su maltrecha torre, la cual mira desde el baluarte de San Pedro a la hoy moderna ciudad y puerto de Veracruz.

Fotografía de encabezado: La torre del fanal giratorio. Foto por Jack London (1914).


[1] Por Cédula Real del 17 de enero de 1795.

[2] El “duro” (peso, peso duro o piastra) de la época colonial, era una forma de nombrar a la moneda de 8 reales (conocida como “real de a ocho”); esta moneda contenía 25.560 gramos de plata pura. Considerando que la construcción de la torre y el fanal tuvo un costo de “100 000 duros” (según Humboldt) o sea, 800 mil reales (100 mil reales de a ocho), es posible hacer el cálculo aproximado del total que la Corona española invirtió en la torre y el fanal en pesos actuales (MXP). Hoy en día, una onza troy de plata mexicana contiene 33.625 g de plata pura, a un costo de $546 MXP a la venta (5 de mayo de  2022). Por consiguiente, un real de a ocho (un duro), al precio actual equivaldría (por la cantidad de plata contenida en ella) a $415.04 MXP. Multiplicando esta última cantidad por los 100 mil duros, obtendremos que la inversión fue aproximadamente de $41 504 119 pesos actuales. Sin embargo, Según una nota aparecida en El Monitor Republicano (Faro de Ulúa, 1851), el costo de la torre fue de 30 000 pesos y del fanal, otros 20 000 (50 mil pesos en total, equivalentes a $20 752 059.05 MXP actuales). De todas formas, una cantidad nada despreciable tomando en cuenta las fluctuaciones que ha tenido el precio de la plata a lo largo de los siglos.

[3] Una legua equivalía a 5 000 varas mexicanas. Cada vara mexicana equivalía (por decreto del 19 de enero de 1846), a 838 mm. Por consiguiente, una legua era equivalente a 4 190 m.

Fuentes:

A los marinos. (16 de febrero de 1894). El Partido Liberal, p. 3. 

- Apagan el fanal giratorio. (25 de abril de 1838). El Cosmopolita, p. 4.

- Correo Mercantil de España y sus Indias. Tomo XXVII. (1806). Madrid: Imprenta de Vega y Compañía.

- Esteva, J. (1827). Apuntes que el ciudadano José Ignacio Esteva al separarse del Ministerio de Hacienda entrega a su sucesor el Ecsmo. Señor D. Tomás Salgado. México: Imprenta del Águila.

- Estrada y Zenea, I. (1874). La heroica ciudad de Veracruz. México: Impreso por José Jimeno Jiménez.

- Faro de Ulúa. (29 de noviembre de 1851). El Monitor Republicano, p. 2.

- Humboldt, A. (1822). Ensayo político sobre el reino de la Nueva España. Paris: Casa de Rosa.

- Llanas y Fernández, R. (2012) Ingeniería en México. México: Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México.

- Lerdo de Tejada, M. (1850). Apuntes históricos de la heroica ciudad de Veracruz. México:Imprenta de Ignacio Cumplido.

Lerdo de Tejada, M. (1853). Comercio exterior de México desde la conquista hasta hoy. México: Imprenta de Rafael Rafael.

- Maawad, D., Muñoz E. F., Sainz, M. E. y Fernández A. J. (2010). Fortalezas históricas de Veracruz. México. D.F.: Secretaría de Educación del Estado de Veracruz.

- Moncada Maya, J. (1989). El ingeniero Miguel Constanzo. Un militar ilustrado en la Nueva España del siglo XVIII. (Tesis de doctorado, Universidad Nacional Autónoma de México). Recuperado de http://bit.ly/1ubBiyP 

- Ortíz de la Tabla Ducasse, J. (1978). Comercio exterior de Veracruz, 1778-1821: crisis de la dependencia. España: Escuela de Estudios Hispanoamericanos de Sevilla. 

- Veracruz. (8 de octubre de 1802). Gazeta de México, Tomo XI. No. 19. p.150.

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